El verano está ya a la vuelta de la esquina. Sol, temperaturas altas, días más largos, planes en el exterior… El buen tiempo nos invita a salir a la calle y a exponer más nuestra piel, después de un largo y frío invierno.
La piel se expone cada vez más y es importante prepararla para conseguir que luzca sana y saludable y conseguir un bronceado bonito y duradero.
Además, con el verano, los rayos del sol se vuelven más violentos por lo que se convierte en uno de los principales “enemigos” de nuestra piel pudiendo provocar manchas, quemaduras y otras lesiones cutáneas. No hay que olvidar que ¡la piel tiene memoria!
Por todo ello, os traemos los puntos clave para que, ahora que llega el verano, podamos mimar y cuidar nuestra piel para hacer frente a la nueva estación.
Exfoliación: adiós a los restos del invierno.
Una buena exfoliación permite eliminar las impurezas y las células muertas que se quedan en la superficie de la piel después del invierno. Además, ayuda a la renovación de la epidermis, aportando elasticidad y suavidad, y favorece el bronceado. Es importante utilizar un exfoliador suave y acorde con las características de nuestra piel para que cumpla con su misión sin irritar ni producir lesiones en la epidermis.
Hidratación: más de un 70% de nuestra piel es agua.
Si bien es recomendable beber entre 1 y 2 litros de agua todo el año, con la llegada del verano esto se convierte en algo aún más esencial para el bienestar de la piel. También es importante hidratar la piel no solamente a nivel interno, sino también externo: con cremas y lociones que ayuden a tenerla elástica y saludable. El calor, la humedad y la contaminación en contacto directo con la piel hacen que la piel esté mucho más seca, así que es importante hidratarla más que nunca y adaptar nuestra rutina a la nueva estación.
Alimentación: nutre tu piel
La alimentación es también un factor a tener muy en cuenta para cuidar internamente de nuestra piel. Alimentos ricos en antioxidante, vitamina C y betacarotenos, permiten contrarrestar los efectos nocivos del sol y ayudan a la recuperación de la piel después de la exposición intensiva. Además, la vitamina C es reafirmante y tiene la capacidad de aumentar la síntesis de colágeno, por lo que ayuda a la disminución de las primeras arrugas y de las manchas. La zanahoria, la calabaza, el albaricoque, las verduras de hoja verde (como las espinacas y el brócoli) o el melón son algunos de los alimentos más ricos en estos nutrientes.
Usa protección solar, ¡siempre!
El sol ayuda a nuestro organismo a proporcionar vitamina C, serotonina (la hormona de la felicidad) y un bonito bronceado a nuestra piel. Pero es también uno de los elementos más nocivos para nuestra piel. Por ello, es importante el uso de un buen protector solar, no únicamente cuando vayamos a la playa sino diariamente. Lo ideal es incorporarlo a nuestra rutina de cuidado corporal diaria y escoger el más acuerdo a nuestro tipo de piel para asegurar que nuestra epidermis está protegida de los rayos UVA ¡incluso los días nublados!
Sigue estos pasos, y luce este verano una piel sana, bonita y protegida.
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